Gracias a nuestros oídos podemos recibir información de lo que ocurre a nuestro alrededor, captando los sonidos que nos rodean. Pero este órgano tan complejo tiene muchas más funciones quizás no tan conocidas.
¿Sabías que el sistema auditivo no solo es responsable de nuestra audición, sino también de nuestro equilibrio? Descúbrelo con nosotros.
El estado de equilibrio se rige por las leyes físicas de la gravedad. Es la función cerebral que nos permite mantenernos erguidos y, a la vez, mantenernos en movimiento sin llevarnos a la inestabilidad.
El sistema del equilibrio es el resultado de la información que llega de tres localizaciones distintas: el sistema vestibular, la visión y el sistema propioceptivo.
El oído humano se divide en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno. En la relación entre el equilibrio y el oído, el protagonista es la parte interna.
En el oído interno se encuentra el sistema vestibular, el cual coordina el mantenimiento del equilibrio, es decir, la capacidad de un cuerpo de controlar sus diferentes posiciones. También se encarga de transportar la endolinfa, un líquido que cuida la relación entre el oído y el equilibrio.
Para que se produzca un reparto equitativo en ambos oídos, la endolinfa se desplaza continuamente con cualquier movimiento que realiza nuestro cuerpo. Por este motivo, al producirse movimientos bruscos el líquido se balancea provocando sensación de mareo.
Cuando estamos erguidos, este líquido se mantiene estable en ambos oídos y envía señales al cerebro para que nos mantenga en una posición de equilibrio.
Al sufrir pérdida auditiva la endolinfa no puede repartirse equitativamente de un oído a otro. Es por eso que la audición tiene una relación imprescindible con el equilibrio y la estabilidad corporal.
La pérdida de equilibrio suele estar altamente vinculada con las afecciones del oído interno pero también puede estar relacionado con otras patologías como la hipoacusia neurosensocial, el síndrome de Ramsay Hunt o el síndrome de Ménière.
Los principales síntomas que suelen provocar estas afecciones auditivas son: aturdimientos, vértigos y mareos. Además, éstas también pueden causar daños físicos debido a las caídas por la pérdida de equilibrio.
Si quieres tener una buena salud física y mental, evitar esta inestabilidad física y, además, preservar tu audición el mayor tiempo posible, recuerda hacerte revisiones auditivas periódicamente. En Miaudífono te ponemos en contacto con los mejores especialistas, pregúntanos.
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