En ocasiones nuestro sistema auditivo nos advierte de que algo no funciona correctamente. Por ello, saber qué es bueno para el dolor de oído es importante para poder tener el tratamiento más adecuado. Conocer nuestro cuerpo y este tipo de síntomas que afectan a nuestro aparato auditivo es fundamental a la hora de adelantarnos a posibles problemas de audición.
Reconocer los síntomas implica solicitar una cita médica temprana con tiempos suficiente de diagnóstico y tratamiento frente a cualquier posible infección o complicación auditiva.
Es importante reconocer el dolor de oídos en sus distintas intensidades porque puede ser una señal de infecciones de diversa gravedad. En caso de tratarse de una infección leve, el tratamiento puede ser relativamente sencillo y rápido.
Cuando nos enfrentamos a otras patologías más severas como la hipoacusia o el tinnitus, el tratamiento puede tornarse más complejo y su diagnóstico temprano es especialmente importante para evitar molestias persistentes a largo plazo.
Sin duda, uno de los tipos de molestias de oído más frecuente es el dolor de oídos. Esta molestia puede tener diversos orígenes y presentarse como síntoma de distintas patologías.
El dolor de oído puede producirse como consecuencia, entre otras causas, por una acumulación excesiva de cerumen que tapone el oído medio. También puede influir en la aparición del dolor de oído un cambio de presión atmosférica (como la que se produce al subir a un avión o hacer una inmersión submarina). Este cambio de presión se conoce como barotrauma y puede llegar a ser muy molesto en algunos casos.
El oído y la garganta están conectados fisiológicamente. Como consecuencia de ellos, son numerosos los casos en los que que se experimentan simultáneamente dolor de oídos y garganta. O incluso, dolor de oídos y mandíbula.
El primer paso ante cualquiera de los síntomas comentados, cuando el dolor persiste, es acudir a un especialista o a un centro auditivo para un diagnóstico si la cita del médico no es lo suficientemente rápida.
Como suele suceder en cualquier patología, existen otros posibles detonantes del dolor de oídos: una lesión o daño en tímpano provocada por un golpe, una obstrucción del canal auditivo por agua o una inflamación de la trompa de Eustaquio, entre otras.
Dentro de todas las posibilidades, una de las más comunes es la otitis, especialmente en la llegada del verano y en niños. En este caso, el dolor de oídos se debe a una inflamación del oído. Dependiendo de la zona inflamada podremos hablar de otitis media o externa. Los síntomas de ambas infecciones varían a pesar de compartir el mismo nombre. A veces, el dolor de oídos suele ir acompañado de mareos y dolor de cabeza.
Comprueba ahora y totalmente gratis tu salud auditiva con un estudio audiológico completo y en un centro de confianza cerca de tu domicilio.
La otitis externa también se conoce como otitis del nadador. Es aquella donde la infección se produce por la presencia de bacterias u hongos. Estas bacterias se desarrollan cuando una persona está expuesta a ambientes húmedos o al agua de manera continuada.
La duración del dolor de oídos, una vez comienza el tratamiento, es de entre 7 a 10 días. Para el tratamiento debemos acudir en primera instancia al médico, ya que se suelen prescribir antibióticos por vía oral o aplicación de gotas en el oído.
La infección de oído medio u otitis media se produce cuando un virus o bacteria se introduce en el oído medio. Esto provoca una infección que presenta inflamación y pus. Puede llegar a ser muy doloroso y provocar episodios de fiebre.
Entre adultos no es tan común esta patología. Sin embargo, en niños es bastante frecuente y, por lo tanto, debemos estar atentos ante posibles alarmas que indican que lo están sufriendo.
El llanto, el estiramiento de las orejas por parte de los niños o la falta de apetito son algunos de los comportamientos que pueden indicar dolor de oídos.
Ante el dolor de oídos se recomienda asistir a un especialista que mediante una prueba diagnóstica determine la patología que se padece. El sistema auditivo es uno de los sistemas más frágiles de nuestro organismo y mantiene un papel fundamental en la comunicación social. Por ello, debemos darle la importancia que merece y consultar con un profesional de un centro auditivo nuestros síntomas.
El examen inicial por parte del centro auditivo puede realizarse mediante un otoscopio. Este instrumento será capaz de determinar si existe infección en el oído o, por el contrario, ha sido una leve molestia puntual de la que no hay que preocuparse.
Hay algunos remedios caseros o naturales para el dolor de oídos que pueden ayudarte a mitigar las molestias hasta que acudas a la cita médica. La aplicación de compresas frías en la oreja puede ayudar generando sensación de alivio. También la realización de algunos ejercicios para movilizar el cuello. Otra recomendación es que a la hora de dormir, evites presionar el oído afectado. Estos trucos te ayudarán a calmar de manera temporal el dolor, pero la recomendación siempre es que consultes a tu médico y a tu centro auditivo de referencia en cuanto detectes los primeros síntomas.