Podemos hacer una diferencia entre bulto y bolita detrás de la oreja, pero tanto si duele al tocarlo como si no, el tamaño de este bulto no sería de vital importancia.
Esta hinchazón que aparece en forma de bulto se puede confundir con un grano, nódulo, forúnculo o incluso, con un tumor. Pero lo cierto es que tomando medicación, el bulto desaparece. Te explicamos todo lo que tienes saber sobre estos bultos.
Ante todo, la aparición de estos bultos no suponen un peligro para nuestra salud. Debes saber que pueden aparecer: detrás de la oreja, alrededor de ella, en el cartílago o en partes cercanas a la oreja como la mandíbula o el cuello.
El crecimiento de este quiste no suele presentar dolor ni picor. Sin embargo, en ocasiones el dolor de oído y dolor de cabeza irrumpen y pueden llegar a afectar a la persona pensando que el problema es mucho más grave. Por ello, y ante cualquier enfermedad del oído, es importante conocer sus causas más extendidas.
La población empieza a notar que puede tener un bulto o bultito en la oreja cuando padece una situación ocasionado por una de estas razones:
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En este caso, lo que aparecen en las orejas es un bultito. Aparecen justo donde está el agujero. Se trata de una cicatriz y aparece por el hecho de hacer un pendiente y no necesariamente porque haya habido una infección. Se cura con corticoides o parches de silicona y con mucha paciencia.
Cuando el bulto aparece por absceso cutáneo, es decir, cuando el tejido de la oreja se infecta, el primer signo que nos avisa de que algo pasa es el pus. Para eliminar la infección, el cuerpo envía glóbulos blancos como método para luchar contra las bacterias a las zonas del cuerpo infectadas. Los glóbulos blancos se acumulan en la zona dañada y se empieza a desarrollar el pus, un líquido espeso formado a partir de glóbulos blancos muertos, tejidos y otras bacterias.
La aparición de un bulto detrás de la oreja puede deberse a distintas infecciones: de garganta o cuello (faringitis), constipados y gripe, mononucleosis y otras infecciones que ocurren cerca de la cara o cuello como la conjuntivitis, gingivitis, herpes y algo más complicadas como por ejemplo, el sarampión, la varicela o el VIH.
Si hay otitis, la infección de oído puede ser bacteriana o viral y la acumulación de líquidos o hinchazón de la zona se transforma en un bulto detrás de la oreja.
Los ganglios inflamados están estrechamente relacionados con el desarrollo de infecciones. Es lo que comúnmente se conoce como ganglios linfáticos. Cuando se hinchan es la forma que tiene el cuerpo de combatir la infección. Los que se ubican detrás de las orejas reciben el nombre de ganglios linfáticos auriculares posteriores. No los toques porque vuelven a su estado habitual cuando desaparece la infección, que suele estar entre las 2-3 semanas.
Es la enfermedad del hueso mastoides que se ubica justo detrás de la oreja y guarda relación con las infecciones de oído. Suele darse con mayor frecuencia en niños que en adultos y puede desembocar en un bulto como consecuencia de la otitis media aguda. Se debe prestar atención rigurosa a esta causa originada en el mastoides porque la infección puede extenderse hasta el cerebro.
El acné brota en forma de granos, granitos o espinillas en personas jóvenes y adolescentes como una de las afecciones cutáneas más comunes. El acné suele aparecer en el rostro cuando los poros de la piel se ven bloqueados porque las glándulas sebáceas sobreproducen sebo. Este bloqueo puede originar un bulto en la parte posterior de la oreja que, en cualquier caso, desaparecerá por sí solo.
Estos pequeños quistes aparecen con frecuencia en la cabeza, cuello y espalda. Al igual que sucede con el acné, estos quistes cutáneos surgen por bloqueo de las glándulas cutáneas. En realidad es un tipo de bulto que surge bajo la piel como un saco lleno de líquido y se mueve cuando se toca o se presiona, pero sin ser doloroso.
Es el conocido por todos como bulto de grasa que se sitúa entre la piel y la capa muscular oculta, por lo que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. No se trata de cáncer, pero si crece, duele o molesta conviene extirparlo. Es conveniente que sepas que en la edad adulta cuesta detectarlo y que no los confundas con los quistes cutáneos, ya que los lipomas se ubican más profundamente en la piel y son de tacto más suave.
El cuerpo reacciona ante la infección mostrando dolor. Dolor en el bulto, en la zona de alrededor o incluso dolor de cabeza. Si el bulto proviene de un traumatismo, entonces el dolor es fruto de la hinchazón de la zona del golpe.
Recuerda que puede aparecer a cualquier edad, también en bebés y recién nacidos. Como te avisamos: no es peligroso, pero deberías ponerlo en conocimiento del médico en el caso de notar cualquier irrupción en la oreja.
También puede que te hayas dado cuenta que tienen algo detrás de la oreja al colocarte tu audífono cada mañana o al quitártelo cada noche. En ese caso, cuéntaselo primero a tu audioprotesista porque puede que el aparato te esté haciendo una rozadura en la oreja.
Respira tranquilo cuando notes una pequeña inflamación detrás de la oreja, pero acude siempre al médico para un análisis de esa hinchazón. Ya has podido comprobar que estos bultos no presentan mayor importancia y desaparecen a las pocas semanas, pero acude a la consulta si notas que el bulto:
O si empiezas a notar pérdida de peso, malestar general, mareos o cualquier otro síntoma.
El diagnóstico se evaluará con una simple exploración del médico y, en cuyo caso, puede prescribirte la realización de radiografías o una resonancia magnética.
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Después de la exploración en consulta, el médico procederá a ponerte el tratamiento adecuado. Lo más común es la receta de antibióticos vía oral o intravenoso, para los casos de mayor gravedad. No obstante, no todos los casos son de igual índole y los tratamientos se amplían dependiendo del origen que ha dado lugar al bulto:
Siempre te recomendamos que pongas en conocimiento del profesional médico cualquier signo o síntomas de dolor, molestia o anomalía. Aunque los bultos no sean dolorosos, acude a ver al médico para salir de dudas. Prevenir siempre significa curar.
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