Ante cualquier síntoma de pérdida auditiva de un oído debemos pensar en acudir a la consulta de un otorrinolaringólogo o visitar un centro auditivo especializado.
Los profesionales de la audición tienen a su disposición numerosas pruebas auditivas para saber el grado de lesión auditiva o identificar el problema o enfermedad del oído. Debemos buscar las causas que nos conduzcan a dar el primer paso para realizar una de estas pruebas diagnósticas: pitidos o zumbidos, tapón de cera, subir el volumen de la televisión o sentirnos aturdidos en conversaciones entre muchas personas.
Estas son las pruebas que te dirán si sufres pérdida auditiva:
La audiometría sigue siendo la prueba diagnóstica más demandada para determinar la pérdida de audición y sus causas. Lo que no excluye otras pruebas diagnósticas, como la impendanciometría, que ayudan a los audioprotesistas a recabar información objetiva complementaria a la audiometría para el diagnóstico final.
La audiometría tonal es una prueba auditiva que nos permite hacer un examen del funcionamiento de nuestro sistema auditivo para detectar de forma inmediata si padecemos alguno de los tipos de pérdida de audición, ya sea leve o severa. Durante la realización de esta prueba, se analiza la tonalidad del sonido y el umbral auditivo del paciente.
La audiometría es una prueba rápida y totalmente fiable que puede llevarse a cabo por vía aérea (se tapona un oído y se comprueba si se escuchan todos los sonidos en el otro) o por vía ósea (mediante un objeto que vibre, como un diapasón que es golpeado suavemente cerca de las orejas para examinar la capacidad auditiva) La audiometría se realiza en una habitación preparada especialmente para ello, cubierta de materiales aislantes que evitan las ondas estacionarias o la reflexión del sonido. Esta habitación recibe el nombre de cabina audiométrica o sala de audiometría.
Dentro de la cabina audiométrica se utiliza un sistema denominado audiómetro para detectar el tipo de sonidos que es capaz de percibir y reconocer el paciente. De este modo, es posible identificar rápidamente cualquier efecto nocivo en la salud del oído.
De este modo, la audiometría vocal, también conocida como audiometría verbal, nos ayuda a conocer alteraciones que tienen lugar en la interpretación del habla. La estrecha relación entre el habla y la escucha hace que la audiometría vocal se complemente con la audiometría tonal. Como seres comunicativos que somos, la capacidad de relacionarnos con el resto de seres humanos y con nuestro entorno es esencial en nuestro día a día.
En ocasiones llega el momento en que esa pérdida auditiva a la que no dabas importancia empieza a suponer un problema. Pierdes el hilo de las conversaciones y pedir que te repitan por tercera vez esa palabra pasa a ser molesto.
Llegados a este punto lo mejor es hacer un test auditivo y consultar a un profesional. Puedes recurrir a un test auditivo online para una primera toma de contacto. Aunque, en cualquier caso, siempre es recomendable acudir a un gabinete audiológico especializado.
La pérdida de audición puede llegar a ser muy molesta y generar barreras a la comunicación con otras personas en el ámbito familiar o laboral. Aunque el paso del tiempo y la edad son factores determinantes, los expertos en audición siempre recomiendan tener muy en cuenta la prevención para evitar que el problema se agrave. Si consideras que puedes padecer una pérdida de audición de cualquier tipo, leve o moderada, el primer paso podría ser hacer un test auditivo online.
Otra alternativa para revisar tu audición es descargar un test auditivo app, es decir, una aplicación diseñada para la realización de esta prueba auditiva.
La primera fase del test busca definir el nivel de audición en diferentes frecuencias. El paciente ajustará el volumen al que pueda escuchar los tonos escuchados variando la frecuencia.
En la segunda fase del test auditivo, se harán una serie de preguntas para definir la capacidad de escucha en un ambiente adverso. Tras estas preguntas se evaluará el nivel de audición mediante los resultados del test realizado, además una prueba orientativa que te ayudará a decidir si es conveniente ir a un centro profesional de audición.
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Otra de las pruebas que evalúan la salud del oído es la impedanciometría acústica o test de impedancia como también se la conoce. Se trata de un estudio que se realiza para medir la respuesta del oído medio al sonido y se define como un buen complemento a la audiometría tonal.
Es un prueba totalmente indolora y nada invasiva en la que no es necesaria la colaboración de la persona que está siendo examinada. A su vez, es una prueba muy objetiva, ya que se evalúa la forma en la que se comporta el oído medio ante los diferentes estímulos sonoros. Los otorrinos o especialistas buscan la causa de la realización de esta exploración en una posible enfermedad que no permite al tímpano moverse correctamente.
Aunque se defina como una prueba diagnóstica auditiva nada difícil de realizar, sí existe una condición primordial para su realización. La persona debe estarse quieta y no tragar para que los resultados obtenidos no se vean alterados.
La impedanciometría es una prueba común realizada en niños, ya que también es una de las que más se realizan en pediatría. En este colectivo es algo más difícil de realizar por la inquietud y la necesidad de moverse de los niños.
La timpanometría es una de las pruebas diagnósticas del oído más utilizadas para comprobar la salud auditiva. Se trata de un examen realizado por expertos audiólogos para revisar el estado del oído medio y, a su vez, probar la movilidad del tímpano y de la cadena de huesecillos.
La timpanometría no es exactamente una prueba auditiva. Más bien se trata de una evaluación y control del oído medio. En ningún caso es algo similar a un test auditivo y, por supuesto, no mide la capacidad auditiva y de escucha de la persona que está siendo examinada. Otras pruebas como la audiometría ya se encargan de ello.
La metodología de la timpanometría es muy sencilla. Consiste en insertar un dispositivo llamado timpanómetro en el oído externo y a través de distintas presiones de aire en el canal auditivo, se van observando los comportamientos del oído. El especialista realiza cambios de presión que le permiten verificar la movilidad del tímpano y ver cuál es la reacción del oído y del tímpano al sonido y ante esos cambios de presión.
Para nada es una prueba dolorosa para el paciente. Simplemente, la persona que está siendo examinada escuchará sonidos muy altos y puede percibir leves molestias, pero sin dolor.
Las causas y motivos que llevan a un paciente a la realización de esta prueba exhaustiva hay que buscarlo en distintas causas como:
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Es otra de las pruebas de las que se valen otorrinos y también pediatras para detectar si en el oído hay infección u otras molestias o enfermedades del oído.
La otoscopia es una prueba rutinaria e indolora que consiste en la detección de riesgo o presencia de otitis en el oído o de otras patologías auditivas. Es por ello que recibe el nombre de otoscopia normal y patológica. Conviene saber que se realiza tanto en adultos como en niños usando el otoscopio como instrumento de exploración y sin ningún tipo de molestia.
El procedimiento de realización del examen empieza por observar la parte externa de la oreja y el conducto auditivo para después, avanzar por el conducto auditivo interno y el oído medio. Con la ayuda de este aparato para mirar el oído, el médico explorará que no haya inflamación en el tímpano y confirmar que el conducto auditivo tenga un color rosado y la cantidad de cerumen justa. Deberá realizar también una exploración en el otro oído para hacer la comparativa de los dos estados.
Los motivos que llevan a tu médico de familia u otorrino a hacerte una otoscopia son: inflamación y rojez del conducto auditivo externo, infección y pus en el oído medio, presencia de colesteatoma (tumor benigno en el oído), perforación del tímpano, tapón de cerumen, detección de insectos dentro del oído o un traumatismo craneal. Pero lo principal es descartar que no existen infecciones locales dentro del oído.
La logoaudiometría es la prueba que también recibe el nombre de audiometría vocal o verbal. Esta revisión auditiva puede definirse como una evaluación por sí misma o como parte dentro de una audiometría completa.
Pues bien, en el caso de la logoaudiometría, el profesional de la audición dispone de una lista de palabras para que sean interpretadas por el paciente. A través de los auriculares, la persona irá escuchando la lectura de estas palabras a diferentes volúmenes. Se empezará por el mejor oído y avisando a la persona de que va a escuchar un listado de palabras y que debe ir repitiéndolas una por una para dar comienzo.
El otorrino o experto debe seguir unas pautas para llevar a cabo la logoaudiometría:
El resultado, una vez realizado el proceso en ambos oídos, se obtendrá de medir siempre el menor nivel al que el paciente detecte al menos el 50% de las palabras leídas. Además, el audiólogo no debe olvidarse de tener en cuenta las siguientes variables: edad, trastornos articulatorios, poder de concentración, fatiga, aspectos psicológicos…
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