Las bacterias y los hongos se sienten como pez en el agua dentro del oído. Precisamente usan el agua como medio para instalarse y acabar provocando una infección. La otitis externa u otitis de nadador se produce al tener hongos en el oído y también se la conoce con el nombre de otomicosis.
Esta infección auditiva externa es una afección cutánea y conviene explicarla de forma detallada para conocer más sobre esta alteración tan común.
No te alarmes ante este problema. Si es de lo más común coger hongos al compartir duchas y vestuarios en piscinas municipales y climatizadas, tener hongos en el oído es mucho más habitual de lo que puedes imaginarte.
Pero empecemos por el principio. ¿Cómo se producen los hongos en el oído o en el oído del nadador?
En esta infección, la parte afectada es el conducto auditivo externo. Es decir, la parte externa del oído. Se trata de una otitis externa común causada por levaduras y hongos filamentosos, generalmente producidos por la levadura ‘ Candida albicans’ y el hongo ‘Aspergillus niger’.
Esta infección común puede aparecer en el oído como aguda, subaguda o de forma crónica. Y las causas principales de su desarrollo se encuentran, principalmente, tras una herida, exceso de calor y temperaturas elevadas o ambientes demasiado húmedos. En estos tres escenarios, los hongos se encuentran muy a gusto para desarrollarse. Más aún si se trata de países con clima tropical y zonas más cálidas.
Teniendo en cuenta estos entornos favorables, las causas principales de la otomicosis son:
A su vez, los síntomas que más aparecen puede que te resulten de lo más familiar. Los expertos avisan de la presencia de otomicosis debido a:
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Los lugares que se convierten en el entorno favorito para estas bacterias son:
Los grupos más propensos a padecer unas semanas o días con hongos en el oído son:
La otomicosis no debe confundirse con la pericondritis. Es decir, ambas son infecciones que aparecen en la parte externa del oído. Sin embargo, la pericondritis afecta a la piel y al tejido externo de la oreja llegando a producir una infección en el lóbulo o cartílago.
Pero para distinguir ante qué caso estamos, el médico debe revisar visualmente el conducto auditivo externo en primer lugar. Lo hará a través de una otoscopia, una de las pruebas auditivas básicas por excelencia.
El otorrino o médico de cabecera puede pedir un estudio microbiológico para poder aplicar el tratamiento adecuado. La realización de un cultivo es la prueba más eficaz para determinar si hay hongos o no en la supuración del oído.
¿Cómo se hace un cultivo?
Se toma una muestra de secreción del oído bien de líquido, pus, cera o sangre del oído y se lleva a analizar al laboratorio para detectar qué bacterias hay en la infección. El equipo de laboratorio revisará cada día el cultivo para ver si proliferan las bacterias y hongos.
Si estamos hablando de una infección bastante común, sobre todo, en los niños…¿cómo se cura la otomicosis?
La aplicación de gotas es el tratamiento que se usa como medicación a los hongos en los oídos. Las gotas contienen antibiótico y en los casos más graves, corticoides y actúan como solución a la infección y como método de reducción de la hinchazón del canal auditivo.
Ya que esta dolencia es como una otitis externa, su duración suele rondar los 10 días y el dolor acaba remitiendo a los pocos días de empezar a recibir el tratamiento.
No te alteres demasiado al escuchar la palabra “hongos” porque debes saber que no se contagian y puedes hacer vida normal con tus amigos y familiares.
Como sitio que aglutina los mejores consejos de los expertos en el cuidado de la salud auditiva, no te recomendamos que acudas a remedios caseros ni a tratamientos naturales para combatir la otitis. Acude siempre a tu médico para que pueda valorar el estado de tu canal auditivo. No obstante, estos son los pequeños trucos que debes conocer para que la otitis remita y recuerda que no sustituyen al tratamiento indicado por los médicos.